Analicemos la trayectoria que seguiría una partícula de fluido en
la acreción descrita en la sección §1. Gracias a que los gradientes
en la presión y los cambios en la energía interna a lo largo de las
líneas de corriente en un flujo supersónico contribuyen poco en los
balances de las ecuaciones de energía y momento hidrodinámicas,
las líneas de corriente se aproximan a trayectorias balísticas. Si
suponemos además que la masa del disco es mucho más pequeña
que la masa de la estrella, entonces la trayectoria de una partícula
de gas obedece a un potencial central Newtoniano.
La energía total (mecánica e interna) de una partícula al
empezar el descenso hacia la estrella y el disco es distinta de cero pues
la componente azimutal de la velocidad y la temperatura son distintas
de cero. Sin embargo, la energía total es pequeña comparada
con su energía potencial y cinética cuando la partícula
está cerca del disco. En otras palabras, la energía interna de
una partícula cercana al disco contribuye poco al balance de la
energía total. Esto es válido siempre y cuando la energía
cinética de rotación sea pequeña (es decir
)
y cuando los calentamientos por radiación sean insignificantes.
Por lo tanto, las líneas de corriente cerca del disco deben ser
trayectorias con energía cercana a cero, es decir,
donde es la energía por unidad de masa de una
partícula de gas cercana al disco, y
es su velocidad.
Así pues, las líneas de corriente cercanas al disco son
parábolas. Sin embargo, sólo son de interés las trayectorias aguas
arriba del disco, pues cuando las partículas alcancen el plano
(
el ángulo polar) donde está el
disco, las partículas se integran a éste mismo.
La forma explícita de las líneas de corriente, así como del campo de velocidades y la densidad, es la siguiente (Apéndice §1):
donde (
), y
representan el campo de velocidades y la densidad del material de
acreción respectivamente;
es el ángulo azimutal,
es el ángulo polar inicial que tiene una partícula
de fluido al iniciar su descenso hacia el disco (fig.(I.1)),
es la tasa de acreción y
,
el polinomio de Legendre de orden dos, definido por:
Si hacemos los cambios adimensionales:
![]() |
en las ecs.(2.4)-(2.8) donde y
están definidos por
:
se obtienen las cantidades hidrodinámicas sin dimensiones:
De ahora en adelante, únicamente trabajaremos con las ecs.(2.12)-(2.16) para referirnos a la acreción. En otras palabras, solamente utilizaremos cantidades adimensionales a menos que se especifique lo contrario.
Una gráfica de las líneas de corriente (ec.(2.12))
proyectadas sobre cualquier plano (
const
)
se muestra en la fig.(I.2). El ángulo
que
tiene una partícula de fluido al arrancar desde infinito se puede
usar como una etiqueta para las líneas de corriente. Para cada
existe una sola línea de corriente (pues estas no deben
intersectarse entre sí).
![]() |
El hecho de que las líneas de corriente se acerquen paralelamente
al eje de rotación de la nube a medida que
se ve claramente de las ecuaciones que representan el campo de
velocidades, pues las componentes de la velocidad en
y
son cero justo en el eje de rotación. Esto es claro pues
el material que inicialmente se encuentra cercano al eje de rotación
posee poca velocidad azimutal.
Las ecuaciones que describen el campo de velocidades y la densidad son
funciones que únicamente dependen de las posiciones y no del ángulo
polar inicial . Para ver esto, basta con reescribir la
ec.(2.12) como:
cuya solución de interés es (Apéndice §2):
Así, las ecs.(2.13)-(2.16) junto con la
ec.(2.18) nos proporciona la velocidad y la densidad del flujo
de acreción como funciones únicamente de las coordenadas
y
.